Que mayor abundancia la de sentirse bien por haber actuado de forma consciente saber cambiar el (Mi mío, mis míos, su suyo, suyos, suyos por él ella, ellos ellas…)
Desnudos y solos venimos a este mundo. Y desnudos y solos nos marchamos. ¿Porqué preocuparnos entonces por tanto desencanto y memeces sin importancia? ¿Somos acaso posesión de otros?
Posesiones de otros, así como un pendiente colgado a la oreja, o ese tatuaje que aunque duelan en el momento se adaptan se acoplan y hasta se ven bellos con ellos, contemplarlos y ver como cuelgan y se encastran en la piel y terminamos viéndoles bonitos, acogedores aunque en el tiempo te canses de ellos. ¿Cuánto de eterno puede ser el apego?
Lo sempiterno no existe, el amor es superior a todos los apegos. ¿Qué pasó con el amor fraternal o el gran amor? ¿Cómo se puede hablar de todo eso hoy y mañana lanzar al olvido?
Apego y desapego son palabras que no entra en esta otra AMOR, pero si en el QUIERO, TE NECESITO, NO PUEDO VIVIR SIN TI. Así que puedan ser en tu vida aunque solo lleven un mes, dos años o tres décadas quizá. No, no somos pendientes, ni zapatos, ni la cera depilatoria… ni el sillón donde se pueda aposentar el trasero. ¿Acaso es que el tiempo le podemos frenar o cambiar?
Al igual que las neuronas se regeneran durante toda la vida, También se puedan reanudar los órganos, y la sangre con transfusiones, tanto como los miles de trasplantes que un cuerpo humano pueda recibir. Por muchos cambios seguiremos siendo nosotros mismos, En este breve instante de espacio tiempo que vivimos. ¿Porqué hacer tanto daño a los demás o a nuestro propio organismo?
El hacer y dejar hacer, respeto comprensión. Honestidad son palabras que no se ven, se sienten el día a día. Tenemos corazón pensamos y sentimos con el gran deseo de trasmitir dando nuestra opinión sobre esto o aquello que trascurre por muestra corta existencia… Y es por eso que duelen las perdidas y las ausencias. ¿Somos posesiones?
No, solo somos personas que sin saber formamos parte de este conjunto de pertenecer y o estar incluido en…
Pero nadie nos ha enseñado a tomar conciencia de lo cerca que tenemos la muerte desde el primer momento que nacemos, Lo que somos insignificantes motas de polvo o polen que el tiempo mueve a su antojo. Nosotros no lo hemos pedido ni hemos sido conscientes de ello, por eso vivir y dejar vivir.
Solo saber que hay personas que comparten parte de tu vida donde hay mucho que agradecer y poco tiempo para hacerlo. Difícil comprender. Pero es mejor dar solo aquello que en verdad alguien desee recibir.

© Araceli García Martín