Cruzó un océano inexistente.
Un hermoso haz de luz
del fondo brotaba.
Partículas de plata y oro veía
y en su delirio creía
que era el radiante cabello
de su amada.

Sus pies no sujetan el peso,
sus manos livianas
con desdén bailan.
Tanto, que quiere volar sin alas.
Es un espíritu errante en busca
de su princesa encantada.

Y asciende rozando las olas,
delfines danzarines
en su viaje le acompañan.
Es mágico habitar allí,
su sirena sin nombre
con afán le aguarda.
Aún no conoce el color de su piel,
no ha percibido el celeste azul
de su mirada.

Aquí no hay días ni noches,
sucede todo en la alborada.
Escena perfecta para el amor…
Amantes de mundos lejanos
que nunca se verán las caras.

Soñando dos almas despiertas…
soñando los dos se idolatran.
Seguirán así, forjando su edén,
no quieren jamás despertar.
Nada importan en su ilusión
las distancias.

© Yvonne Torregrosa

(AUDIO)⬇️


Audio: produción y voz de Yvonne Torregrosa