Te subiste al vagón particular
de mi existencia,
mientras una tibia ráfaga
de amistad,
nos atravesaba la adolescencia.
Forjamos historias,
intercambiando tebeos,
con el tacto y aroma
a otro tiempo.
Compartíamos ese placer
sobre el manoseado papel,
desgranando intrigas
en un… ¿Quién es quién?.
Fuimos los vengadores,
Conan o el Capitán América,
tras la puerta de la lealtad,
y entre las cajas de la impaciencia.
Pero, como un manto denso de ceniza
se instaló el silencio,
mas, ninguno supimos
lo que sentíamos por dentro.
Por todo ello,
con la pluma de la confianza
y desde el rincón de los afectos,
hago hoy mía la alabanza,
para brindarte estos versos.
© Esperanza Mas LLabrés
Si que al subirte en el ese vagón particular
y una ráfaga de amistad
atravesaba la adolescencia…
Muy bonito poema y merecido ser premiado.
¡Felicidades!
un abrazo .
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Gracias. Por tus palabras Matilde. Esto supone una potente razón para continuar escribiendo. Un fuerte abrazo.
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Precioso poema Esperanza. Un maravilloso canto a la amistad. ¡Felicidades!
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Gracias Isabel, creo que la verdadera amistad debe estar por encima de todo.
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Por supuesto que sí. Abrazo.
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Gracias por tu me gusta.
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Hermosísimo 🙂
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Muchas gracias Casal!
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