Quiéreme,
pero quiéreme bien,
con mis luces y sombras
con mis fronteras de dudas
con mis luchas
que no son pocas, lo sé;
pero quiéreme bien, con toda,
mi cóncava y convexa locura
con mi asimetría perfecta,
con mis curvas cerradas,
con mis ángulos oscuros,
con mis lados ambiguos,
con mis vértices agudos…
Con mis vísceras abiertas…
Con mis lágrimas tatuadas.
Quiéreme:
cuando me muestro gacela…
sigilosa, desconfiada
temerosa de la luz,
cuando me muestro ufana,
cuando me escondo
tras un antifaz,
con la piel desnuda
vestida de verdad,
maquillada de risas,
peinada, con brisas del mar,
con mis cicatrices y heridas
expuesta a la sal, a la vida
con unos kilos demás…
Quiéreme…
Pero quiéreme de verdad.

© Hergue Azul.